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frito, cocido, en salsa, en zumo o en un gazpacho, el
tomate es un alimento nutritivo y refrescante que, por
su sabor y bajo precio, forma parte de la dieta de la
mayoría de los españoles e iberoamericanos,
sobre todo en la época estival. |
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Sin
embargo, el beneficio de esta sencilla fruta en la salud puede
ser muy superior a cualquier fármaco, producto de costosas
y complejas investigaciones, que el hombre haya inventado. Y es
que, hasta la fecha, ningún medicamento ha conseguido tener
tantas propiedades terapéuticas como ha revelado poseer
el tomate, puesto que por sí solo previene el cáncer
y el infarto, además de combatir muchas otras enfermedades.
Si un científico proclamara que el producto que ha creado
puede prevenir hasta nueve tipos de cáncer, reducir el
colesterol, combatir infecciones, fortalecer el sistema inmune,
eliminar el ácido úrico, aplacar el dolor artrítico
y reducir el riesgo de infarto, cualquiera podría acusarle
de mentir y de aprovecharse de las esperanzas de los demás.
Si en vez de un científico se tratara de un agricultor
probablemente habría que darle la razón, ya que
estaría hablando del tomate.
El tomate es un conocido remineralizante y desintoxicante.
Además de las toxinas que expulsa debido a su efecto diurético,
también se encarga de eliminar el ácido úrico
y de reducir el colesterol.
No es extraño, por tanto, que un estudio de la Universidad
de Carolina del Norte, en Estados Unidos, encontrara que las personas
que consumían este alimento con regularidad tenían
la mitad de riesgo de sufrir un infarto que aquellos no lo hacían.
El estudio comparó a 1.300 americanos y europeos que habían
sufrido un infarto con el mismo número de sujetos que nunca
lo habían padecido. La conclusión era clara: la
diferencia se encontraba en el consumo de tomate.
La sustancia que, según todos los estudios, es responsable
de este resultado es el licopeno, un pigmento que le proporciona
su característico color rojo. El licopeno también
se encuentra en las sandías, las zanahorias, los albaricoques
y los pomelos. La diferencia es que el tomate es el que mayor
proporción tiene de este pigmento, hasta el punto de que
proporciona el 90 por ciento del necesario para el organismo.
El Tomate contra el Cáncer
Sin embargo, lo que más interés ha despertado entre
los científicos de todo el mundo es la capacidad del licopeno
para prevenir e incluso combatir el cáncer. Tras analizar
72 estudios sobre la relación entre esta sustancia y el
cáncer, un equipo de investigadores británicos y
norteamericanos comprobó que, en 57 de ellos, la relación
entre un menor riesgo de cáncer y la ingesta de licopeno
era completamente segura y en 35, "significativa". Este
hallazgo permitió a los científicos concluir que
esta sustancia es un poderoso antioxidante que previene la aparición
de diversos tipos de cáncer, especialmente de próstata,
pulmón y estómago.
La lista, no obstante, podría ser mayor. El coordinador
del equipo investigador, el Dr. Edward Giovanucci, de la Facultad
de Medicina de Harvard, en Boston, estuvo a fines de1999 en Pamplona,
donde confirmó que los datos sugieren que el consumo habitual
de tomate previene también el cáncer de esófago,
páncreas, mama, colorrectal, bucal y cervical.
"Los tomates son ricos en sustancias fitoquímicas
con propiedades anticancerígenas, que conducen a la formación
de carotenoides como el licopeno, compuestos que protegen a las
células de los efectos de la oxidación", según
explicó el científico norteamericano.
Giovanucci ya tuvo ocasión de comprobar las propiedades
del tomate en estudios previos realizados en su universidad. Así,
comprobó que los hombres que nunca han tomado salsa de
tomate tienen más posibilidades de desarrollar cáncer
de próstata que quienes lo hacen varias veces a la semana.
Según este experto, ingerir salsa de tomate una vez a la
semana reduce el riesgo de sufrir este tipo de tumor en un 10
ó 15 por ciento, mientras que las posibilidades bajan en
un 30 ó 35 por ciento si se hace dos veces por semana.
Si los hombres deben disponer de una buena provisión de
tomates en su nevera para prevenir el cáncer de próstata,
el tumor más frecuente en el varón; las mujeres
deben hacer lo mismo para evitar el cáncer más habitual
en su sexo: el de mama. Tras analizar los niveles de licopeno
y de otros carotenoides en 109 mujeres de Boston, los científicos
de la Universidad de Harvard llegaron a la conclusión de
que, a mayor concentración, el riesgo de cáncer
era menor.
Reducción de tumores
La capacidad del licopeno para retrasar la oxidación de
las células, y de este modo su multiplicación, garantiza
su capacidad preventiva.
El siguiente paso era comprobar si estas propiedades tenían
una aplicación en la curación de los tumores. En
el último congreso de la Asociación para la Investigación
contra el Cáncer de Estados Unidos, que es considerado
como el foro sobre cáncer de mayor prestigio en el mundo,
se presentaron los resultados de un estudio dirigido por el doctor
Omar Kucuk, de la Universidad de Wayne, en Detroit, que aventura
un prometedor futuro al respecto.
Los especialistas sometieron a 12 pacientes enfermos de cáncer
de próstata a un régimen a base de una ración
diaria de este pigmento durante las tres semanas precedentes a
su intervención quirúrgica. Tras la operación,
los autores del estudio constataron que los tumores no se habían
extendido a otros tejidos en la mayoría de los casos (el
67 por ciento) mientras que en el grupo que no había participado
en el régimen, el cáncer se había extendido
en un 56 por ciento de los casos.
Además, los investigadores comprobaron que el 84 por ciento
de los pacientes que se habían beneficiado del tratamiento
con licopeno tenía tumores de un tamaño inferior
a los cuatro centímetros cúbicos, frente al 55 por
ciento en aquellos pacientes operados que no habían seguido
el régimen.
"Estos resultados sugieren que el licopeno modula las moléculas
responsables de la regulación del ciclo celular y causa
una regresión de las lesiones cancerosas de la próstata
en el hombre", según afirmaron los autores del estudio.
En salsa y con queso
El licopeno, a diferencia de la mayoría de los compuestos
vegetales, se libera sobre todo al cocinarse. Por ello, gran parte
de las investigaciones comprobaron su eficacia en salsa, que a
juicio del doctor Edward Giovanucci, es la fórmula ideal
para beneficiarse de sus propiedades anticancerígenas,
a ser posible, acompañado de alimentos como aceite o queso.
Una combinación que recomienda no porque comparta gustos
con sus ancestros italianos sino porque al cocer el tomate se
libera más fácilmente el licopeno y gracias a estos
alimentos se absorbe mejor por el organismo.
A quien no le guste la salsa de tomate puede recurrir a su zumo,
que constituye otra alternativa eficaz, de acuerdo con el Instituto
Federal de Investigación de la Alimentación de Karlsruhe,
en Alemania. Este organismo científico recomienda beber
cada día un tercio de litro de zumo, algo más de
un vaso, para sacar provecho de todos sus beneficios.
En zumos o en salsas, los habitantes de la cuenca mediterránea
no deberían tener demasiados problemas para obtener, a
través de la dieta, los niveles de licopeno necesarios
para mantener a raya el cáncer o al menos para reducir
el riesgo de que aparezca. La hortaliza roja forma parte de infinidad
de platos para todos los gustos. Sin embargo no siempre es así,
menos aún con la comida de microondas, a la que el ritmo
de vida urbano ensalza.
Tampoco cabe esperar que a partir de ahora, los urólogos
y oncólogos opten por recomendar tomates a sus pacientes
en vez de fármacos en los que los laboratorios farmacéuticos
han invertido ingentes cantidades de dinero. Es por ello que un
equipo de científicos del Centro de Investigaciones Biológicas
Aplicadas (CIBA) de Canarias está trabajando en la elaboración
de un medicamento que contenga licopeno en dosis concentradas.
Propiedades / Salud del Tomate
El Tomate contiene:
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Rico en Vitaminas C y A,
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Vitaminas grupos B, PP y K.
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Minerales: Fósforo, hierro, calcio, magnesio, manganeso,
zinc, cobre, potasio y sodio.
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Bioflavonoides
-
Licopeno
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Altas propiedades antioxidantes y por tanto un excelente aliado
contra el cáncer.
A las ya citadas propiedades:
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Resistencia a las infecciones.
-
Vista (vitamina A)
-
Prevención de cardiopatía
-
Hipertensión.
-
Sistema crecimiento muscular y nervioso.
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Antinflamatorio y cicatrizante (uso tópico)
-
diurético.
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Afrodisiaco.
Régimen de Sopa de Tomate para el Corazón
Esta dieta fue pensada por un grupo de médicos cardiólogos
del Hospital Secret Memorial en EEUU, que la recomendaban a sus
pacientes antes de pasar por quirófano para someterse a
una operación cardiaca.
La dieta está planteada para una semana de duración
y pretende depurar el organismo y quemar grasas de forma rápida.
El elemento principal de esta dieta es una sopa que se debe tomar
diariamente y en la cantidad que se desee, ya que aporta muy pocas
calorías.
Esta sopa de tomate, se obtiene al hervir:
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6 Cebollas
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2 Pimientos verdes
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1 Ramita de apio
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1 Repollo
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2 Latas grandes de tomate
Una vez hervido salpimentar y pasar por la batidora.
Además de esta sopa se puede consumir frutas, verduras,
arroz integral, un poco de carne (de ternera), leche desnatada,
zumos, té sin azúcar y café (con edulcorantes).
Todo lo demás está terminantemente prohibido.
Menú:
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Día 1 Se puede tomar toda la sopa y la fruta que se desee.
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Día 2 Se puede tomar toda la sopa y se sustituye la fruta
por verdura.
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Día 3 Se puede tomar sopa, verdura y fruta.
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Día 4 Sopa, platanos y leche desnatada.
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Día 5 Sopa, carne de vaca y tomate.
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Día 6 Sopa, carne de vaca y tomate.
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Día 7 Sopa, carne de vaca y tomate.
Sus defensores aseguran que así se pierden de 4 a 7 kilos
en una semana.
Sin embargo hay que tener en cuenta que estas dietas no deben
mantenerse durante más de 1 semana. Es una dieta monótona
que rompe los hábitos alimentarios. Al no ser una dieta
variada, cae en deficiencias de proteinas, vitaminas y minerales.
Como los alimentos que componen la sopa poseen un escaso valor
calórico, su aporte energético es bajo. Además
no proporciona suficientes aminoácidos y ácidos
grasos esenciales, calcio, hierro y vitaminas A,D,E y K.
Lo más importante es que al abandonar esta dieta, la persona
no ha aprendido a comer y vuelve a las costumbres que le han hecho
engordar.
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