|
|
|
| Se
dice que la vejez es una condición espiritual
más que física. Pero, aunque el dicho
no deja de tener su parte de razón, lo cierto
es que son muy pocas las personas que llegan a una edad
avanzada exentos de todo tipo de achaques. |
|
Es
muy frecuente que, con la edad, aparezcan ciertas dolencias físicas,
como la diabetes, la hipertensión, el reumatismo, la artritis
y la artrosis. Además, la condición de las arterias,
que en las personas de la tercera edad no suele ser óptima,
puede ser determinante no sólo en lo relativo al estado
físico sino también en lo que concierne al mental.
A
esos factores deben añadirse otros de índole ambiental,
que también inciden en la salud psíquica del anciano,
sumiéndolo con frecuencia en un estado de depresión,
como pueden ser la ausencia de familiares o seres queridos y la
sensación de aislamientos producida por su imposibilidad
de adaptarse al ritmo agitado de la vida moderna.
No
obstante lo señalado, con una dieta alimentaria y una clase
de actividad adecuada a las posibilidades peculiares que supone
la edad avanzada, es posible mejorar la calidad de vida de manera
notable y, en consecuencia, con resultados gratificantes.
La vejez no debe implicar abandonarse sino más bien aprender
a vivir bien con ciertas limitaciones
La
Alimentacion
Los
hábitos alimentarios de las personas de la tercera edad
suelen ser inadecuados porque se adquirieron en épocas
de la vida en que las demandas de energía eran muy superiores
a las que tienen en la actualidad. Además, el metabolismo
se torna más lento con los años, lo que también
contribuye a que la carga energética normal en otras edades
sea excesiva en edades avanzadas. Por tanto, convendrá
que coman con moderación, lo que también les ayudará
a evitar la obesidad o a reducirla si la tienen, y a disminuir
el riesgo de contraer ciertas enfermedades asociadas a ella.
Dado
que las necesidades de proteínas, vitaminas y minerales
siguen siendo las mismas, lo que deben reducir es la ingestión
de hidratos de carbono y, en particular, la de grasas, dulces
y toda clase de frituras. El menor consumo de estos últimos
alimentos no sólo les brindará la posibilidad de
mantenerse libres de un tejido adiposo excesivo, sino también
la de evitar la ulterior degradación de las arterias.
La alimentación ideal debe basarse en frutas, vegetales
y cereales que, combinados con derivados lácteos, les aportarán
los nutrientes necesarios. Como complemento para asegurar la ingestión
de todas las vitaminas indispensables, deben figurar en la dieta
diaria el germen de trigo y la levadura de cerveza.
Es frecuente que las personas de edad avanzada pierdan sensibilidad
a los cambios térmicos y, en consecuencia, disminuya su
sensación de sed. Así, se produce la tendencia a
beber menos de lo debido y el consiguiente déficit de líquidos.
Para evitarlo, es aconsejable que tomen frutas y ensaladas en
abundancia, así como zumos de frutas y de hortalizas.
La
Dieta Ideal
Un
tipo de dieta para una persona en la tercera edad puede comenzar
con un desayuno abundante, un almuerzo a base de hortalizas y
verduras, una merienda muy liviana y una cena basada en frutas
variadas y abundantes.
El
desayuno, que deberá aportar la energía que necesitará
para las actividades de la mañana y, como efecto secundario,
ayudarle a evitar la depresión, podrá componerse
de cereales, yogurt, miel, frutas frescas y unos pocos frutos
secos.
El
almuerzo se hará a base de hortalizas en ensaladas, exclusivamente
con aliño de aceite de oliva, y de verduras, ya sea en
purés o budines. La sal se usará con restricciones,
para no contribuir a la insuficiencia renal o a la hipertensión
arterial, bastante frecuentes a estas edades. En su lugar, se
favorecerá el uso de hierbas aromáticas.
La
merienda debe consistir en un zumo de frutas, un yogur, una infusión
y una o dos galletas integrales.
La
cena estará compuesta de varias clases de frutas, que se
tomarán de forma abundante. Antes de acostarse, podrá
tomarse un vaso de leche caliente con miel.
A
esta dieta básica podrán añadírsele
huevos tres veces por semana, así como quesos tiernos combinados
con frutos secos. También podrán comer legumbres
algunas veces, pero en poca cantidad, muy cocidas y siempre en
combinación con cereales.
La
Actividad
Aunque
ésta esté supeditada a las posibilidades de cada
uno, en general es saludable que los ancianos realicen algún
tipo de ejercicio para activar la circulación, para evitar
el anquilosamiento y, muy especialmente, para prevenir la depresión
y el aburrimiento. Así, debe estimulárseles para
que salgan de casa ya sea a dar un paseo andando, a hacer alguna
compra en el barrio o a tomar un rato el sol en una plaza, lo
que les dará la posibilidad adicional de charlar con otras
personas. También podrán disfrutar y distraerse
yendo al cine o al teatro, haciendo alguna manualidad o visitando
amigos y parientes. La lectura y la televisión pueden también
ayudar a que se entretengan y no se dediquen a pensar en sus achaques
ni en cosas que los depriman.
En
la tercera edad, la actividad ayuda a distraerse y a combatir
la depresión.
Una
dieta sana y un simple quehacer diario puede ser la receta
magistral para disfrutar de la vida, pese a tener muchos años.
El
Calor y el Frio
Las
temperaturas extremas suelen suponer un riesgo para las ancianos.
Puesto que han perdido parte de la sensibilidad a los cambios
de clima, cuando los días de verano son especialmente calurosos,
es necesario asegurarse de que permanezcan en casa, al fresco,
y de que consuman una buena cantidad de líquidos para evitar
una posible deshidratación, factor que en las personas
de edad avanzada puede tener graves repercusiones.
También
deben cuidarse de forma especial cuando hace mucho frío.
La dieta deber ser entonces más calórica que en
otras épocas del año y debe procurarse que tengan
el cuerpo abrigado y que permanezcan en los lugares más
caldeados de la casa. Un simple resfriado, que en una persona
joven no pasará de causar molestias durante unos días,
en un anciano puede ser el detonante de una enfermedad pulmonar
irreversible.
Factores
de Consideracion
Aunque
la dieta sana y equilibrada es probablemente el factor más
importante para la salud, la edad no pasa en vano y supone la
aparición de ciertos achaques o, inclusive, de enfermedades.
En consecuencia, una persona anciana, por bien alimentada que
esté, puede tener ciertas molestias que no deben descuidarse
y que de prolongarse o repetirse, deben ser consultadas con el
médico. Entre ellas, la pérdida del apetito, el
ahogo, los mareos, las molestias al orinar, los cambios en las
deposiciones, los trastornos auditivos o visuales y la debilidad
de algún miembro. Inclusive es conveniente hacer una consulta
médica si se nota cambios repentinos de humor o una cierta
apatía general.
Alimentos
Contraindicados
Sin
pretender ofrecer una lista exhaustiva de todos los alimentos
contraindicados para las personas de edad avanzada, los siguientes
se encuentran entre los más corrientes
Alcohol
Azúcar
Bizcochos
Bollos
Caramelos
Carnes
Chocolate
Dulces
Embutidos
Galletas
Helados
Gaseosas con azúcar
Manteca
Mantequlla
Mahonesa
Mermelada
Panes dulces
Pastas
|