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| Aunque
ya se ha hecho mención a la teoría de
las dietas disociativas con la finalidad de perder peso,
hay autores que se basan en esta teoría no sólo
como remedio adelgazante sino como medio para conservarse
joven, enérgico, dinámico, para evitar
determinadas enfermedades e incluso reducir el riesgo
de padecer cáncer o trastornos cardiovasculares
(Spang & Peterson, 1995). |
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Dietas
disociativas
Según sus seguidores, una dieta en la que no se consuman
a la vez proteínas e hidratos de carbono, con un alto contenido
de alimentos alcalinos y la fruta sola va a permitir alcanzar
todo estos logros. Poniendo como ejemplo la dieta disociada de
Hay (Hay, 1936), ya comentada como dieta de adelgazamiento, podríamos
decir que basta ver la lista de enfermedades que Hay atribuye
al consumo de dietas en las que las proteínas y los hidratos
de carbono se encuentran juntos para comprender lo inadmisible
de sus ideas: anemia perniciosa, asma, enfermedades renales, diabetes,
reumatismo, artritis, neuritis, úlcera de estómago
y de intestino, toda clase de enfermedades digestivas, eczemas,
bocio, toda clase de tumores y tuberculosis.
Algunos
de los defensores de esta "disociación de alimentos"
tiene ideas tan pintorescas como que la lelche debe ser excluida
de los niños, ya que resulta mucho más difícil
de digerir cuando nuestros clients se han formado definitivamente.
No entendemos que tiene que ver la formación de los dientes
con la digestión de un alimento líquido como es
la leche.
"Cura
de savia y zumo de limón"
Es otra "dieta curalotodo" a base de una limonad caliente
endulzada con sirope de savia que es una especie de miel. Además
de la propiedad de calmar cualquier sensación de hambre
o sed, se le atribuyen también la de aldelgazar, curar
dolores de cabeza, favorecer la concentración, aumentar
la vitalidad, fortalecer el cabello o incluso aumentar el número
de anticuerpos
"Dieta
de los esquimales"
El componente principal de este dieta es el pescado azul de aguas
frías (arenque, caballa, salmón o trucha) que debe
consumirse durante dos semanas. Esta dieta aporta una gran cantidad
de proteínas procedentes del pescado, apenas aceites vegetables
y prácticamente ningún hidrato de carbono, por lo
que nutricionalmente no es aconsejable. Sin embargo, es una dieta
muy rica en ácidos grasos de la familia W3 que pretende
imitar a la población de esquimales y conseguir, además
de perder peso, disminuir las enfermedades coronarias.
"Trofología"
Dentro
de este apartado hay que mencionar a la trofología que
es una parte del naturismo moderno que considera la existencia
de alimentos curativos. Existen incluso libros titulados: "Los
alimentos que curan" (Hausman & Hurley, 1994). "El
poder terapéutico de los alimentos" o "El poder
de los zumos" (Kordich, 1993). Así, consideran que
las dietas de frutas tienen un carácter antitóxico,
lo que lleva a su vez a una mejoría de las enfermedades
crónicas. Atribuyen al limón y al pomelo propiedades
potenciadoras del sistema inmunitario, debido a su alto contenido
en vitamina C, así como la propiedad de disolver sustancias
consideradas por ellos tóxicas, como el colesterol. A la
naranja, piña y mandarina se le han atribuido propiedades
antibióticas. Como se puede observar, siempre se mezclan
hechos científicos con fantasías, lo que da por
resultado una situación carente de toda base. En la actualidad
existe la evidencia a nivel epidemiológico que un elevado
consumo de frutas y verduras pueden tener un papel protector en
ciertas enfermedades, como cardiovascualres y ciertos tipos de
cáncer, pero su efecto curativo no ha podido ser demostrado
en ningún momento.
También
al pan se le atribuyen propiedades antidepresivas "por su
gran contenido en vitamina B". Su contenido de algunas vitaminas
del grupo B, como la tiamina, riboflavina o niacina puede ser
importante, pero, hasta el momento, lo único que conocemos
respecto a las mismas es su papel en el metabolismo de los hidratos
de carbono (Varela y cols., 1991).
Según
los trofólogos, existen alimentos claramente incompatibles
entre sí a nivel digestivo, como el arroz con el pan, la
patata con el pan o las leguminosas con la leche (Spong &
Perteson, 1995). A nivel fisiológico, estas afirmaciones
carecen de cualquier base.
"Dietas
alarga la vida"
También a través de la dieta, muchas personas buscan
la anhelada longevidad; así, entre otras destaca la que
se denomina como dieta para mantenerse joven o dieta alarga la
vida que se describe como una dieta pobre en grasa y rica en verduras.
Se basa en el consumo de alimentos "naturales" (naranja,
zanahorias, tomate, pescados azules, verduras frescas y huevos)
que contienen sustancias antioxidantes que sirven para neutralizar
los efectos perjudiciales de los radicales libres, causantes del
envejecimiento. Por supuesto es innegable la importancia que el
consumo de estos alimentos tienen para mantener la salud y la
expectativa media de vida, pero una dieta no puede influir en
la longevidad.
Otras
ideas que surgen buscando la anhelada longevidad es que el consumo
de dietas hipocalóricas, por debajo de 1.800 kcal, nos
permitirá vivir más. Se ha demostrado como un índice
de masa corporal (IMC) elevado es un factor de riesgo para todas
las enfermedades, por lo que es importante mantener un peso estable
y evitar la obesidad (Manson y cols., 1995). Sin embargo, no existe
evidencia de que con una dieta baja en calorías el ser
humano pueda aumentar su esperanza de vida hasta los 140 años
como aseguran sus seguidores. Por otra parte, no se puede olvidar
el problema del consumo crónico de dietas hipocalóricas,
ya que pueden no cubrir las necesidades de nutrientes, siendo
este hecho especialmente preocupante en personas de edad avanzada.
A
continuación, se describen algunas dietas cuyos comentarios
dejamos a juicio del lector puesto que no parecen tener ningún
tipo de fundamento, ni nada que ver con la Ciencia de la Nutrición.
"Dieta
astrológica"
Como su nombre indica se fundamenta en la existencia de una relación
directa entre el signo zodiacal de cada individuo y el valor nutritivo
de los distintos tipos de alimentos. Según la teoría
"astrobioquímica", dependiendo de cual es el
signo zodiacal existirán unos alimentos benéficos
y otros no. Así, los nacidos bajo el signo Aries necesitan
alimentos ricos en fosfato de potasio, un desayuno sustancioso
y una dieta baja en calorías mientras que los nacidos bajo
el signo Leo tiene predilección por las pastas, lo agridulce
y les gusta el queso. Según sus seguidores, la comida astrológica
permite mejorar la salud, especialmente los trastornos digestivos
o reumáticos (Deacon, 1981).
"Dieta
de los colores"
Partiendo de la numerología metafísica, según
la cual cada día vibramos con un color determinado, habrá
que emplear ese color para alimentarnos. No tiene la única
finalidad de perder peso, sino también de armonizar nuestros
cuerpos.
La
dieta no se puede saltar ningún día durante tres
semanas, ni cambiar un alimento por otro. Consta de 40 opciones
alimenticias, divididas en 5 dietas diferentes para cada color,
según el color del día, que se calcula previamente
mediante la numerología metafísica.
Para
determinar el color o colores de cada día se necesita una
serie de datos de la persona; edad, mes y año de nacimiento,
así como el día en cifras, mes en cifras y año
en cifras.
Estos
números y mediante una serie de operaciones matemáticas
se transforman en números metafísicos y estos, a
su vez, se corresponden con 8 colores. Según el color habrá
que aplicar una u otra dieta, teniendo en cuenta que lo que se
defien el color es el interior de un alimento y no su envoltura
externa. En la tabla siguiente aparecen los alimentos correspondientes
a cada color:
COLOR
ALIMENTOS
Amarillo Huevos y todo aquello que en su composición lleve
huevos (bizcochos y magdalenas al huevo,
natillas).Frutas y vegetales de color amarillo (limón,
pomelo, piña, plátano, maíz), quesos
amarillentos, etc.
Azul Sopas de pescado, frutas ricas en agua, queso azul, alimentos
procedentes del mar, ríos o lagos.
Blanco Harinas y derivados, arroz blanco, pescado blanco, carne
de pavo y pollo, etc.
Lila Pasas, moras, algas, berenjenas, remolacha, lombarda.
Marrón Alimentos integrales, frutos secos, carne de soja,
anchoas, atún, dátiles.
Rojo Carnes rojas, pimiento, tomate, cerezas, ciruelas, sandía.
Verde Verduras de hoja verde (lechuga, espinacas, alcachofas,
etc)
Rosa Jamón york, yogur de fresas, salmón, langostinos,
etc.
Tan curioso dieta no pretende basarse en argumentos científicos
por lo que sobra comentario alguno.
"Dieta
de los grupos sanguíneos o dieta del Dr. D'Adamo".
Sobre la Dieta del Dr. D'Adamo, en su libro titulado "Su
comida, ¿veneno o salud?" (1980), describe el autor
"una alimentación natural" basada en los grupos
sanguíneos. Así, los sujetos pertenecientes al grupo
A deben convertirse al vegetarianismo, los del grupo B pueden
comer proteínas tanto aniamles como vegetales, los del
grupo O sólo proteínas animales y a los grupo AB
se les sacrifica a no comer carnes, productos lácteos o
integrales.
"Dieta
embellecedora"
Consiste en ingerir durante una semana básicamnte cereales,
cada día uno diferente. No debe prolongarse más
de una semana ni repetirse antes de tres meses. Se debe preparar
una papilla de cereales cada mañana y dividirla en tres
porciones que se tomarán en tres comidas al día:
-
Primer día: trigo granulado
- Segundo día: mijo
- Tercer día: avena integral.
- Cuarto día: arroz
- Quinto día: cebada triturada
- Sexto día: mezcla de cereales.
- Séptimo día: mezcla de cereales.
Desconocemos cualquier trabajo científico que demuestre
el efecto embellecedor de los cereales.
"Productos
curalotodo"
Por último y dentro de este apartado, vamos a analizar
brevemente una serie de sustancias o alimentos considerados con
propiedades curativas: ginseng, jalea real, polen, miel, lecitina,
kelpo, germen de trigo, etc., que cada día se está
incrementando en número y que están siendo a nivel
publicitario ampliamente promocionados. El origen exótico
de muchos de ellos suele ser clave para que sean aceptados. Desde
el punto de vista científico no se puede admitir la existencia
de alimentos y ni siquiera fármacos "curalotodo"
porque, en principio, los alimentos no son medicamentos y su fin
no es curar sino nutrir.
Este
análisis se basará en dos revisiones llevadas a
cabo por especialistas en el tema como Bendr y Grande (1984).
Aunque
los más utilizados van a ser descritos de modo detallado,
hay que aclarar una serie de aspectos comunes a todos ellos y
que pueden llevar a desconfiar de su utilidad lo que hace cada
día más necesaria su regulación: desde el
punto de vista legislativo, cuando se atribuyen y especifican
acciones curativas, el tratamiento en cuanto a registro sanitario
debería ser el correspondiente a medicamento o fármacos. |