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Comer
pescado crudo, en forma de Sushi o Sashimi, arenques
u otros pescados ahumados en crudo, al igual que las
anchoas o boquerones en vinagre o salazón y el
Ceviche (pescado levemente cocido con limón o
vinagre), conlleva un riesgo importante de infestación
por Anisakis.
Estos
gusanitos de color transparente a menudo se confunden
con la musculatura del pescado y horas después
de consumirlo pueden aparecer los síntomas: dolor
abdominal agudo, náuseas, vómitos, y en
personas sensibles puede ocurrir una reacción
anafiláctica -alérgica- que muchas veces
es confundida con una alergia a los mariscos. Si las
larvas se alojan en el intestino pueden producir una
obstrucción que a veces requiere intervención
quirúrgica (esto puede producirse hasta 1 o 2
semanas después de la infección).
¿Qué
pescados pueden contener anisakis?
Las
especies parasitadas son diversas, pero entre las más
habituales se encuentran: bacalao, sardina, boquerón,
arenque, salmón, abadejo, merluza, pescadilla,
caballa, bonito, jurel, etc., y el calamar, dentro de
los cefalópodos.
La cantidad de parásitos varía en función
del lugar de captura y del momento de la evisceración.
De este modo, los peces capturados en alta mar que son
rápidamente eviscerados presentan menos parásitos
que los capturados en la costa.
¿Qué
enfermedades pueden causarnos?
Una
vez que se han ingerido las larvas del parásito,
estas pueden originar dos tipos de patologías
diferentes: anisakiasis o anisakidosis y la alergia
a anisakis.
Anisakiasis o anisakidosis:
En
este caso la enfermedad se adquiere por el consumo de
larvas vivas de anisakis debido a la ingesta de pescado
crudo, ahumado, salado, en vinagre, marinado o poco
cocinado, en el microondas o a la plancha.
El
cuadro clínico puede ser leve o más o
menos grave. Las larvas afectan sobre todo al tracto
gastrointestinal y sobreviven a las diferentes secreciones
digestivas. Pueden enclavarse y producir inflamación
o en las casos más graves, llegar a perforar
estómago e intestino o migrar a otros tejidos
y órganos.
La
forma gástrica cursa con dolor abdominal, acompañado
o no de náuseas, vómitos y diarreas, que
puede semejarse a las manifestaciones de otras enfermedades
como apendicitis, ileítis (inflamación
de la porción del intestino delgado denominada
íleon), úlcera gástrica, obstrucción
intestinal e incluso tumores abdominales.
Se
han encontrado también casos de afectación
articular y de otros órganos (pulmón,
hígado, páncreas y bazo).
Un buen historial médico resulta fundamental
en el diagnóstico de la enfermedad, ya que la
gran mayoría de los pacientes refiere haber tomado
pescado en las 48-72 horas anteriores. Las técnicas
endoscópicas (gastroendoscopia o colonoscopia)
permiten ver las larvas y a su vez extraerlas, si bien
en casos de mayor gravedad puede ser necesaria la cirugía.
Alergia
a anisakis:
Las
personas que presentan alergia a este parásito
muestran diversos síntomas tras la ingesta de
pescado infestado. Estos síntomas varían
desde una simple urticaria (erupción cutánea)
al angioedema, que se caracteriza por la aparición
de grandes ronchas en la superficie de la piel, en especial
alrededor de ojos, labios, y que puede también
afectar a manos, pies y garganta. Los cuadros más
graves se asocian a "shock anafiláctico"
que requiere de ingreso hospitalario, pudiendo ir acompañados
o no de los síntomas gastrointestinales mencionados
anteriormente.
El
diagnóstico se basa en la detección de
anticuerpos (inmunoglobulina E), así como en
pruebas específicas de sensibilidad cutánea.
Información
del Anisakis
El
Anisakis Simplex es un nematodo (gusano); un parásito
que infecta a mamíferos marinos (ballenas, delfines,
focas, etc.) y a grandes peces. A través de las
heces de estos animales se liberan al mar los huevos
del parásito que son ingeridos por pequeños
crustáceos que sirven a su vez de alimento de
otros peces y cefalópodos como la sepia o el
calamar, en los que las larvas maduran.
El anisakis se aloja habitualmente en el tubo digestivo
de los peces vivos y, una vez que éstos mueren,
las larvas migran hacia las vísceras y la musculatura,
llegando incluso a traspasar la piel del pescado.
El
Anisakis se diagnosticó por primera vez en el
año 1955, en Holanda. Pero el país con
más casos de contaminación es Japón,
con más del 90% de los casos, debido a la gran
ingesta de pescado crudo.
En España se diagnosticaron los primeros casos
en el año 1991. Este país ahora cuenta
con una legislación que prohíbe a los
restaurantes la elaboración de platos con pescado
crudo, sin el debido proceso de congelación previo.
¿Como
prevenirnos?
Es
fundamental evitar la ingesta de pescado crudo o poco
cocinado, incluyendo las preparaciones caseras en vinagre,
ahumados, salazón, marinados, pescados a la plancha
o al microondas insuficientemente hechos, etc.
Existen
varios procesos para inactivar las larvas en el pescado
que vamos a consumir, evitando así la ingestión
de larvas vivas. Una de las formas de eliminarlas es
CONGELAR el pescado crudo a una temperatura de -20 ºC
o menos, durante por lo menos 24 horas antes de consumirlo.
El pescado congelado o ultracongelado en alta mar, que
ha sido eviscerado rápidamente, tiene pocas posibilidades
de estar parasitado.
La otra variante es eliminarlo mediante el calor, COCINAR
el pescado a una temperatura de entre 60-70 ºC
por lo menos durante 10 minutos.
Se considera seguro consumir pescados ahumados cocidos,
así como también productos pasteurizados.
Evitemos
consumir pescado crudo, platos elaborados con pescado
poco cocidos en vinagre o sal, “sin el debido
proceso térmico previo”
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