En
una dieta contra la acidez es tan importante la
calidad de los alimentos como su cantidad, y el
fraccionamiento y periodicidad de ingesta.
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SANGRE
DE DRAGO CONTRA LA ACIDEZ
Para
reducir el reflujo de ácido, los especialistas
recomiendan:
No acostarse después de comer y esperar dos
o tres horas antes de irse a dormir después
de la cena.
Elevar la cabecera de la cama de cuatro a seis pulgadas
-8cm.-
Bajar de peso si se requiere.
Dejar de fumar, ya que el tabaco irrita la mucosa
gástrica y aumenta la acidez.
Evitar comer en exceso, y por el contrario, procurar
comidas ligeras y más frecuentes durante
el día.
Evitar tomar ciertos antiinflamatorios, ácido
acetil salicílico (aspirina, culdina) que
dañan la mucosa del estómago.
Evitar la ropa muy ceñida y las actividades
que exijan doblarse y que aumentan la presión
abdominal.
Pautas generales
Cada caso debe ser evaluado por un profesional capacitado,
pero como pautas generales podemos citar:
Ingestas de poco volumen y alta periodicidad. 5
comidas diarias es una buena idea: desayuno, media
mañana, almuerzo, merienda durante la tarde
y cena, que es aconsejable que sea al menos 2 horas
antes de acostarse.
El arroz y el pan, las arvejas o judías,
y el tofu (queso de soja) pueden ser una buena ayuda
para disminuir el ácido, y además
son alimentos suaves. No se debe exagerar, porque
el exceso de cualquier alimento puede estimular
a su vez la producción de ácido.
Eliminar alimentos que disminuyen la presión
del esfínter esofágico inferior: alcohol,
menta, ajo, cebolla, chocolate, grasas, quesos fermentados
y muy curados, cava o vino blanco.
Las temperaturas de los alimentos son importantes.
El excesivo frío o calor son irritantes de
la mucosa gástrica. Se aconseja comerlos
templados
Alimentos que irritan la mucosa gástrica
deben ser evitados también (jugos de cítricos,
vinagre, tomate y derivados, pimienta, mostaza,
algunos productos integrales o melón, pepino,
pimiento - estos últimos según tolerancia
-)
La forma de cocción es relevante. Las verduras
y frutas crudas deben ser peladas y sin semillas.
La carne no debe estar demasiado cocida, y al cocinarla
a la parrilla, la costra tostada es irritante. Se
prefieren las carnes hervidas. Los alimentos fritos
son desaconsejados en general, así como las
comidas muy compuestas y condimentadas.
Las carnes blancas son menos irritantes que las
rojas, ya que son más fácilmente digeribles
y permanecen menor tiempo en el estómago.
Carnes magras, pescados.
Las grasas deben ser, en general, evitadas. Pero
una dieta normal debe contenerlas para un perfecto
balance alimentario.
Los dulces deben ser evitados en exceso.
La leche, que ha sido un pilar del tratamiento,
de hecho estimula la secreción de ácido
gástrico. No debe ser eliminada de la dieta,
pero se aconseja consumirla en cantidades reducidas
y fraccionadas.
Las fibras crudas, el salvado en exceso, los condimentos
fuertes, la cafeína son altamente irritantes
de la mucosa gástrica.
El alcohol es un enérgico promotor de la
secreción ácida, por lo que suele
aconsejarse que se restrinja el consumo de alcohol
a cantidades pequeñas y diluidas. La cerveza,
en particular, casi duplica la acidez estomacal
en solo una hora.
El tabaco es un factor de riesgo para la aparición
de úlceras y sus complicaciones, y parece
impedir la cicatrización y aumentar la incidencia
de recurrencias, las cuales tienen una correlación
con el número de cigarrillos diarios.
Otros cambios de hábito, como una actividad
física apropiada a la edad y estado de cada
persona, y la adopción de comportamientos
que reduzcan el nivel de estrés ayudan normalizar
los trastornos gástricos.
Hierbas beneficiosas
Las tres principales categorías de hierbas
que se emplean para tratar la indigestión cuando
no se conoce la causa del problema son: carminativas
(para los gases), amargas (estimulantes digestivos)
y demulcentes (calmantes).
Alcachofa (Cynara scolymus) es particularmente
útil cuando el problema lo causa una falta
de producción de bilis en el hígado.
Celidonia (Chelidonium majus) puede
aliviar los síntomas de la indigestión
(como los cólicos, la sensación de plenitud
y las náuseas) mucho mejor que el placebo.
Alcaravea
(Carum carvi) e hinojo (Foeniculum vulgare): las semillas
de hinojo o alcaravea u hojas de yerbabuena, son excelentes
carminativos.
Jengibre
(Zingiber officinale): tiene un tradicional uso como
tratamiento para diversos problemas gastrointestinales
que van desde la flatulencia hasta las úlceras.
El jengibre tiene propiedades anti inflamatorias y
reduce las náuseas.
Regaliz:
en particular el regaliz masticable sin glicirricina
(DGL), ha demostrado ser un tratamiento efectivo para
curar las úlceras estomacales y duodenales.
Tilo
(Tilia spp.): es un carminativo y un relajante.
Hierbabuena
o menta (Mentha piperita): es un carminativo.
Salvia
(Salvia officinalis): para la indigestión.
No se recomienda para mujeres que estén amamantando.
Azafrán
de las Indias (Curcuma longa): es anti inflamatorio
y carminativo.
¿Cómo cocinar y condimentar?
Usar
técnicas culinarias que menos grasa aportan
a los alimentos: al agua -cocido o hervido,
vapor, escalfado-, rehogado, plancha, horno y papillote.
Utilizar moderadamente: fritos, rebozados,
empanados, guisos y estofados (estos últimos,
desgrasar en frío mejora su conservación
y calidad nutricional).
Pueden
emplear diversos condimentos:
Ácidos: Preferir el vinagre
de manzana y el zumo de limón al vinagre
de vino, según tolerancia individual.
Aliáceos:
Evitar los carminativos que estimulan las secreciones
gástricas -ajo, cebolla, echalote…,
según tolerancia individual.
Hierbas aromáticas:
Conviene incluir en las recetas tradicionales hierbas
que ayudan a la digestión tales como el estragón,
el eneldo, laurel, tomillo, romero, mejorana y otras
hierbas aromáticas.
Evitar las especias fuertes, pimienta
(negra, blanca, cayena y verde), pimentón,
guindilla.
Alimentos Aconsejados:
Leche y lácteos:
preferir los menos grasos; leche descremada o desnatada,
yogures no enriquecidos con nata, queso fresco,
quesos cremosos (poco grasos, tipo de nata), requesón,
cuajada, petit suisse, yogur.
Carnes, pescado, huevos y sus derivados:
carnes con poca grasa, pescado blanco, huevos revueltos
o en tortilla o escalfados o pasados por agua, fiambre
de pollo o pavo.
Cereales, papas y legumbres:
todos salvo los indicados en "alimentos limitados".
En relación con las legumbres cocidas enteras,
se aconseja cocinarlas sólo con arroz o patata
y verduras, y si aún así no sientan
bien, probar cocidas en puré y pasadas por
el chino o pasapurés para eliminar los "hollejos"
y mejorar su digestibilidad (su tolerancia depende
de la persona).
Verduras y hortalizas: evitar
las flatulentas (col, coliflor, repollo, coles de
Bruselas, alcauciles o alcachofas, cebolla y ají
o pimiento en crudo, etc.).
Frutas:
frescas muy maduras no ácidas, batidas o
asadas o en compota o en puré.
Bebidas:
agua, caldos, infusiones suaves (salvo de menta
piperita o con extractos de menta), jugos no ácidos,
bebidas sin gas.
Grasas:
aceite de oliva y semillas (girasol, maíz,
soja...), mantequilla o margarina (se toleran mejor
en crudo) y mayonesa light (menos grasa que las
convencionales).
Otros:
mermeladas en desayunos, con moderación.
Alimentos Permitidos
(Consumo moderado y ocasional):
Leche y lácteos: leche
entera (según tolerancia), batidos lácteos
(excepto de chocolate), natillas y flan, arroz con
leche.
Carnes semigrasas,
pescado azul, jamón serrano y jamón
york magros
Cereales: cereales de desayuno
azucarados (sencillos, con miel, integrales y muesli),
según tolerancia.
Bebidas: zumos comerciales no ácidos,
fruta en almíbar sin el jugo.
Otros productos: miel
(puede dar acidez), bollería y repostería
sencillas (las que en composición más
se parecen al pan: bollo suizo, bizcochos de soletilla),
gelatina de frutas, helados y sorbetes, frutos secos
y mayonesa convencional.
Alimentos
Limitados
(consumir de forma esporádica o en pequeñas
cantidades)
Leche y lácteos:
leche condensada, quesos fuertes (grasos, muy maduros
o fermentados), postres lácteos con nata.
Carnes grasas,
fibrosas como el conejo, carne cocida dos veces
o muy condimentada, embutidos grasos y vísceras,
huevos duros, pescados en escabeche o en salazón
(bacalao, arenques…).
Cereales: pan
fresco recién horneado tipo baguette (fermenta
en el estómago y crea molestias), cereales
chocolateados, galletas rellenas, chocolateadas
o bañadas con soluciones azucaradas, etc.
Frutas:
fruta no madura y cruda, frutas ácidas, fruta
en almíbar, frutas desecadas y confitadas.
Bebidas:
café, descafeinado y té fuertes, bebidas
con extractos de café o de guaraná,
bebidas con chocolate, bebidas con gas y todas las
bebidas alcohólicas (irritan la mucosa gástrica
y aumentan la acidez).
Grasas:
nata, manteca, tocino y sebos.
Otros productos:
fritos grasos, pastelería y repostería,
chocolate y salsas picantes.