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| Los mitos
son persistentes porque cuentan con la fuerza de la
tradición y se alimentan de la nostalgia por
las voces, los olores y los sabores de la infancia.
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Tampoco
son del todo falsos
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Están
elaborados con partes iguales de fantasía, creencias y
saberes. Pero, aunque parezcan inofensivos, pueden ser peligrosos
en materia de alimentación porque se vinculan directamente
con la salud. Le cabe a la ciencia la responsabilidad de ir revisando
estas creencias para ponerlas en su lugar, porque ya desde la
antigua civilización china se equipara alimentación
con remedios: "La salud y la enfermedad -decían- entran
por la boca". Hoy se sabe que sin sopa hubiésemos
crecido igual de sanos, que es importante en toda dieta el plato
de fideos y que un vaso de jugo de pomelo puede engordar más
que comer una banana. Pero también se sabe que toda dieta
saludable dependerá de cada persona, de si es hombre o
mujer, y del momento de la vida en que se encuentre. Aquí,
se revisa un centenar de mitos a la luz de los más recientes
descubrimientos de la ciencia.
1.-
El apio y las nueces son afrodisíacos. No está
comprobado. Numerosas culturas de la antigüedad creyeron
ver la causa del deseo sexual en las propiedades de ciertas plantas,
frutas secas y raíces que tenían formas similares
a los genitales masculinos. De todos modos, hoy se sabe que las
frutas secas contienen vitamina E -denominada vitamina de la fecundidad-
que a pesar de no ser afrodisíaca actúa como estimulante
del sistema reproductor: su falta puede producir esterilidad y
problemas para llevar adelante la gestación, tal como se
comprobó en animales de laboratorio.
2.-
Un jugo de pomelo en ayunas quema las grasas. No, pero
ayuda a eliminarlas. Cualquier fruta cítrica que tenga
fibras (kiwi, frutilla, limón, pomelo o naranja) ayuda
a que la vesícula funcione mejor, y elimine las grasas
a través del intestino.
3.-
Las frituras producen acné. No está comprobado,
aunque algunos dermatólogos asocian la aparición
del acné con el consumo de frituras, chocolates y fiambres,
todos estos alimentos con alto contenido de grasas.
4.-
El jamón crudo es más nutritivo que el cocido.
En parte sí, porque el jamón crudo es exclusivamente
carne de cerdo tratada con sal. Al jamón cocido se le agregan
aditivos, como harina que al hervirlo, absorben más agua
aumentando el peso del producto.
5.-
La manzana limpia los dientes. La manzana no puede reemplazar
la pasta dental, pero al contener poco azúcar no favorece
la formación de los microorganismos que provocan las caries.
6.-
El aceite es más saludable que la manteca. Sí,
porque al ser de origen vegetal los aceites no tienen colesterol.
La grasa de la manteca, en cambio, es de origen animal y por tanto
tiene colesterol.
7.-
Las aceitunas están prohibidas en las dietas para bajar
de peso. No. Contrariamente a lo que se piensa las aceitunas
pueden usarse como equivalentes. Por ejemplo: en lugar de usar
en la ensalada una cucharada de postre de aceite (que equivalen
a10 g y100 calorías) pueden comerse 18 aceitunas. Incluso
para quienes quieren limitar el consumo de sal, ya hay aceitunas
bajas en sodio.
8.-
El helado es digestivo. Desde tiempos remotos se sabe
que los cítricos, y en especial el limón, son colesistokinéticos
(es decir, que ayudan a una mejor función vesicular). Así,
un helado de limón después de las comidas ayuda
a que la vesícula trabaje mejor. Pero los otros helados
no aportan ningún beneficio digestivo y, en algunos casos,
incluso, pueden perturbarlo.
9.-
Los productos light no engordan. No necesariamente. Light
o diet significa que el producto está reducido en alguno
de sus componentes: grasas, azúcares o sales, lo cual no
siempre indica que aporten menos calorías. De cualquier
forma, por más ligth que sea el producto, si se consume
en abundancia engorda.
10.-
Comer zanahorias mejora la visión. Si. La zanahoria,
junto con las verduras de hoja, el zapallo y el durazno son ricos
en vitamina A. Y hoy se sabe que la carencia de vitamina A produce
menor visión en la penumbra (nictalopía).
11.-
El zapallo engorda las piernas. Ningún alimento
puede actuar específicamente sobre alguna zona del cuerpo.
12.-
No es bueno cenar lechón. Tanto el lechón
como otros tipos de carnes o frituras producen una digestión
lenta (de 3 a 4 horas), que perturba el descanso y provoca cansancio
y embotamiento por las mañanas. Lo mejor es comer frugalmente
por las noches. De allí el refrán: "Desayunar
como reyes, almorzar como príncipes y cenar como mendigos".
13.-
Después de un atracón, un día de ayuno.
No. Es mejor hacer por lo menos cuatro comidas, pero más
livianas. El cuerpo recibirá así dosis equilibradas
de hidratos de carbono, proteínas, grasas, minerales y
vitaminas, y se encontrará en mejores condiciones metabólicas
para quemar el tejido adiposo. Esta es también la mejor
forma de no sentir hambre y evitar las tentaciones.
14.-
La remolacha engorda porque tiene mucho azúcar.
No. El mito se basa en equipararla con la "remolacha azucarera",
que no es la comestible. Pero la remolacha común sólo
tiene 10 gramos de azúcar por cada100 gramos, igual que
la calabaza, la zanahoria y el zapallo.
15.-
Una manzana por día aleja al médico. Sí,
porque disminuye los niveles de colesterol sanguíneo y
aporta potasio, vitaminas C y E. También, aumenta las defensas
del organismo.
16.-
Para broncearse hay que comer zanahorias. En parte sí,
porque tiene betacarotenos (un pigmento que hay en las verduras
de color amarillo, rojo o anaranjado y en los vegetales de hoja
verde), que favorece el tostado más amarronado.
17.-
No hay que cocinar con vino. No es así. La cocción
con vino tiene sus ventajas: permite utilizar una menor cantidad
de sal porque resalta el sabor original de las comidas sin alterar
su contenido calórico. Además, la graduación
alcohólica desaparece con la cocción. Y muchas veces
tierniza el alimento cocinado.
18.-
La lechuga previene el cáncer. Sí. Las
diferentes clases de lechuga y verduras de hojas verdes contribuyen
a disminuir el riesgo de cáncer, en especial el de estómago.
También puede reducir el riesgo de enfermedades cardiovasculares,
el infarto y las cataratas por su contenido en vitaminas C, E
y carotenos, especialmente alto en las hojas más externas.
19.-
La espinaca da fuerza. Si, pero no tanto como se cree.
Utilizada en Occidente desde hace 500 años, su consumo
se popularizó a partir de la década del 50 porque
una mala trascripción de un informe científico le
adjudicó diez veces más hierro del que en realidad
contiene (23 mg cada 100 g) y Popeye hizo el resto. Sin embargo,
pocos saben que supera a la zanahoria en betacaroteno, y que 3/4
de taza de espinacas cocidas proveen el 100% de nuestros requerimientos
de vitamina B6, 50% de la vitamina C, 25% de ácido fólico
y un sorprendente 300% de vitamina K. También provee hierro
y potasio, es 100% dietética, libre de grasa, y sólo
aporta 23 calorías por taza.
20.-
Hay que tomar por lo menos 2 litros de agua por día.
Si, es fundamental. Cuando aumenta la proporción de agua
en el organismo mejora el funcionamiento de los riñones
y se incrementa la capacidad de desintoxicación y de defensa.
21.-
La lenteja es la carne de los pobres. Sí, es tan
nutritiva como la carne, pero sólo cuando se la combina
con arroz, cebada o trigo. De esta forma, todas las legumbres
(lentejas, garbanzos, porotos) son una buena fuente proteica y
energética.
22.-
El potasio es bueno para los hipertensos. Así
es, porque regula los niveles de líquido en el organismo
y ayuda a eliminar el exceso de sodio, evitando que suba la presión
arterial. El potasio está en las frutas secas, damascos,
bananas y vegetales de hoja, preferentemente crudos, y en la papa
cocinada con su cáscara.
23.-
La papa no tiene valor nutritivo. No es verdad. La papa
es riquísima en potasio, almidón y vitamina C.
24.-
Un jugo de naranjas por día evita los resfríos.
No los evita, pero aumenta las defensas por las propiedades antiinfecciosas
que posee la vitamina C.
25.-
Es bueno consumir yogur cuando se toma antibióticos.
Sí. Los antibióticos destruyen la flora intestinal
y los lactobacilos del yogur la reconstituyen. También
son buenas las leches fermentadas o las probióticas.
26.-
La pimienta es mejor que la sal. Si bien no aumenta la
presión arterial, por su alta propiedad irritante no es
recomendable en personas con problemas gástricos, hemorroidales
o cuando se tienen divertículos en los intestinos.
27.-
La sal engorda. La sal no engorda, porque, al igual que
las vitaminas y los minerales, no aporta calorías. Pero
sí favorece la retención de líquidos.
28.-
La fruta engorda más si se come como postre. No.
Como cualquier otro alimento, la fruta engorda sólo si
se come en exceso. Por tanto, puede ingerirse en cualquier momento
del día. Es más, hoy sabemos que la vitamina C que
contiene la fruta permite, al ser comida como postre, una mayor
absorción del hierro que provee un plato de carne.
29.-
Las galletitas de agua aportan menos calorías que el pan
blanco. No, las galletitas tienen grasa, por lo tanto,
a igual cantidad, el valor calórico es mucho mayor. El
pan blanco tiene 280 calorías en 100 gramos, contra 420
en la misma cantidad de galletitas.
30.-
La mozarella engorda más que el queso por salut.
Depende de qué mozarella y de qué por salut. El
queso por salut común tiene 300 calorías cada 100
gramos, contra 250 calorías de la mozarella común.
Pero el por salut dietético (sólo existen dos marcas
en elpaís) tiene sólo 200 calorías por cada
100 gramos.
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