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Según
la nutrición holística es un buen método
para conseguir una dieta equilibrada y muy saludable |
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Una
dieta equilibrada con colores
A
la hora de pensar en un plato o una comida, trate de combinar
los alimentos correctamente, tratando de llegar a un equilibrio
cromático. Tenga en cuenta que la mayoría de las
veces las proteínas son rojas, las hortalizas, verdes;
y los carbohidratos naranjas. Por eso, lo más recomendable
es que cuando la base de una comida sea un filete de carne, es
decir, proteína roja, lo combine con una buena cantidad
de verduras de colores naranja, amarillo y verde. Lo mismo debe
hacer con un plato de carbohidratos como arroz o pasta. No deje
de acompañarlo con alimentos de color verde.
Aunque quizá no sea completamente consciente de ello, el
color y los alimentos están íntimamente ligados.
Tanto es así que según el color que tenga un producto,
esperamos que tenga un sabor u otro. Esto es, por ejemplo, lo
que sucede con las manzanas: el ácido sabor de las verdes
no tiene nada que ver con el dulce de las rojas. Pero el gusto
no es el único indicativo que nos ofrece la tonalidad de
los alimentos; según la denominada nutrición holística,
los colores son algo así como el modo que tiene la naturaleza
de indicarnos qué nutrientes contienen.
Según
esta teoría, los alimentos rojos, naranjas y amarillos
ejercen un efecto energizante y estimulante, mientras que los
azules, verdes y púrpura resultan refrescantes y tranquilizantes.
De este modo, el secreto de una buena alimentación y una
dieta equilibrada no es otro que la buena combinación entre
alimentos de distintas gamas de colores, ya que cada uno aporta
unos beneficios concretos.
Rojo
Los rojos
son los alimentos que más energía aportan. Para
que esta idea sea más creíble, basta con hacerse
a la idea de que la mayor parte de las frutas de ese color son
ricas en vitamina C; ejemplo de ello son las cerezas, las frambuesas
y las fresas. El tomate, por su parte, cuenta con un pigmento,
el que le otorga su color, denominado licopeno, que es uno de
los mayores enemigos de ciertas toxinas que pueden desarrollar
células cancerígenas. Se consideran alimentos rojos,
además de los ya nombrados, la remolacha, las ciruelas
rojas, los rábanos, la carne y el marisco, entre otros.
Naranja
Por
su parte, el color naranja es sinónimo de buen apetito.
Entre los alimentos de este tono destacan las naranjas, los mangos,
las papayas, los albaricoques, los nabos, las calabazas, las nueces,
los huevos, las yemas o el jengibre. En el caso de estos productos
hay que hablar del betacaroteno, que aporta vitamina A y contiene
vitaminas B y C.
Este pigmento
se encuentra en todas las frutas y verduras de colores vivos y
constituye un potente antioxidante que protege contra los efectos
envejecedores de las radiaciones ultravioletas. Por eso están
especialmente indicados para todos aquellos que pasan mucho tiempo
expuestos al sol. De ahí proviene la idea popular de que
las zanahorias son beneficiosas para ponerse moreno. La teoría
no está tan alejada de la realidad como podría parecer.
Amarillo
Cereales
integrales, arroz, lentejas amarillas, frutos secos, pomelos,
melones, mantequilla… Estos son algunos de los alimentos
amarillos más comunes. De ellos se dice que mejoran el
ánimo y favorecen una actitud positiva y feliz ante la
vida, al tiempo que estimulan las facultades mentales y mejoran
la memoria. Lo que sí es indiscutible es que la bromelina,
que se encuentra en la piña y otros alimentos de este tipo,
es un buen tónico para el páncreas.
Verde,
azul y púrpura
De
entre todos los alimentos, los de color verde son de los más
saludables. Basta con decir que las verduras y las plantas de
este color ejercen una función alcalinizadora en el cuerpo,
y constituyen una buena fuente de fibra natural. Además,
estabilizan la presión sanguínea. Todos estos beneficios
son conocidos desde antiguo, como demuestra el hecho de que se
utilicen desde hace miles de años por sus efectos medicinales.
Dentro de este tipo de alimentos se encuentran, entre otros, los
pimientos verdes, los guisantes, la coliflor, la lechuga, el calabacín,
el apio y el pepino.
Las bayas azules y negras, como los arándanos y las grosellas
son los alimentos azules más populares, aunque también
se incluyen en este tipo algunas algas marinas. Se caracterizan
porque resultan calmantes y producen un efecto refrescante.
Para finalizar,
los de color púrpura y violeta son muy equilibrados, ya
que contienen al mismo tiempo rojo y azul. Las uvas negras, el
tomillo, las alcachofas y la remolacha son algunos de ellos. Este
tipo de productos suele ser muy nutritivo.
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