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La
vitamina C es fundamental para nuestra salud. La clave
de la vitamina C es la cantidad. |
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Necesitamos
un gramo completo (1,000 mg. o casi 17 veces la RDA) para la prevención
de enfermedades.
Veamos un resumen de las propiedades de la vitamina C, de acuerdo
con las investigaciones más recientes:
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Protege contra las infecciones (mata bacterias, virus, etc.)
Fortalece los mecanismos inmunitarios, especialmente apoya
a los glóbulos blancos, a los anticuerpos y al interferón.
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Combate eficazmente la gripa, las alergias, el asma, la bronquitis
y demás problemas respiratorios.
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Ayuda a neutralizar y a eliminar todo tipo de toxinas acumuladas
en el organismo.
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Se ha utilizado en dosis altas para los pacientes con SIDA
(en tubos de ensayo inhibe la replicación del VIH.
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Es fundamental para resistir el estrés, pues es el
nutriente principal para las glándulas suprarrenales.
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Ayuda a los diabéticos a controlar los niveles de azúcar
en la sangre y a proteger las arterias del daño provocado
por la elevación de los niveles de azúcar.
Protege de múltiples formas la salud cardiovascular:
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Controla la presión arterial.
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Eleva el colesterol “bueno” (HDL).
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Reduce el colesterol “malo” y el Lp (a) otro lípido
“nocivo”.
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Inhibe la oxidación del colesterol LDL, impidiendo
que obstruya las arterias.
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Limpia las arterias de depósitos grasos.
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Fortalece y flexibiliza las paredes de los vasos capilares.
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Reduce el riesgo de sufrir espasmos vasculares que pueden
generar infartos.
Diversas
Propiedades
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Es un nutriente que aumenta los niveles del glutatión,
nuestro antioxidante maestro, regenera la vitamina E y estimula
diversas enzimas destructoras de radicales libres.
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Protege las encías contra la inflamación.
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Es un antioxidante a nivel ocular y previene de la formación
de cataratas y disminuye la presión intraocular en
el glaucoma.
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Ayuda a eliminar el ácido úrico.
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Ayuda a la formación del colágeno, un tejido
importante a nivel de todo el cuerpo. Por ser un buen antioxidante
y formar colágeno la vitamina C combate las arrugas.
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Acelera la cicatrización.
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Puede disminuir hasta en un 350% el proceso de formación
de cálculos biliares.
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Es útil (en megadosis) para tratar a personas drogadictas
y evitar el síndrome de abstinencia.
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Las personas que consumen más vitamina C viven más
que aquellas que consumen menos.
Enemigo
del Cancer
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Previene la formación de sustancias cancerígenas.
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Impide los daños del material genético (ADN)
provocado por los radicales libres.
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Evita la actividad cancerígena de los virus y los genes.
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Regula y refuerza la inmunidad.
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Retarda el desarrollo de tumores.
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Inclusive, resulta útil y eficaz para el tratamiento
del cáncer.
En
una palabra: “la vitamina C tiene numerosos efectos en distintas
actividades biológicas, quizá más amplios
que cualquier otro nutriente” (Instituto Nacional del Cáncer
de los USA).
¿En
que Padecimientos puede ser util?
Michael T. Murray (1996) menciona los siguientes padecimientos
como enfermedades en las cuales puede ser útil consumir
vitamina C:
Asma.
Ateroesclerosis. Enfermedades autoinmunes. Cáncer. Candidiasis.
Fragilidad capilar. Cataratas. Displasia cervical. Enfermedad
de Chron. Catarros. Enfermedad coronaria. Diabetes. Eczema. Fatiga
y fatiga crónica. Enfermedades de la vesícula biliar.
Gingivitis. Osteoartritis. Enfermedad periodontal. Enfermedad
vascular periférica. Artritis reumatoidea. Lesiones del
deporte. Glaucoma. Hepatitis. Herpes simple y herpes zoster. Presión
arterial elevada. Infecciones. Infertilidad. Degeneración
macular. Menopausia. Prolapso de válvula mitral Esclerosis
múltiple. Enfermedad de Parkinson. Úlceras pépticas.
Preclamsia. Úlceras cutáneas. Cicatrizaciones.
La
vitamina C protege contra la bronquitis y el asma
El
Dr. James Duke (1997) especialista en herbolaria de fama mundial
y colaborador durante muchos años del Departamento de Agricultura
de los Estados Unidos, señala que la revisión de
40 estudios demuestra que la vitamina C en dosis de 1000 mg. al
día ay uda a prevenir ataques de asma, broncoespasmos,
infecciones respiratorias, congestión nasal, ojos llorosos
y demás síntomas alérgicos.
La razón de tal efecto es que la vitamina C inhibe la liberación
de la
histamina, sustancia generada por el cuerpo que a su vez desencadena
las reacciones alérgicas.
El Dr. Joel Schwartz, miembro del Organismo Estadounidense para
la
Protección del Medio Ambiente, en un estudio realizado
con 9000 adultos demostró que aquellos individuos que consumían
300 mg. de vitamina C al día, proveniente de los alimentos,
tenían un riesgo 30% menor de contraer bronquitis crónica
en comparación con quienes sólo consumían
100 mg. al día, y lo mismo ocurría con el riesgo
de sufrir asma y sibilancias.
Como es sabido los fumadores desgastan rápidamente la vitamina
C, pues el cuerpo la utiliza para protegerse de los tóxicos
del cigarro, de modo que un fumador debería consumir el
triple o más de vitamina C de lo que una persona no fumadora.
Pero también la vida moderna con altos niveles de estrés
y elevada exposición a tóxicos medioambientales
agota más rápido nuestras reservas de vitamina C.
Según el Dr. Schwartz, la vitamina C actúa de varios
modos para proteger a los pulmones:
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Es un poderoso antioxidante (los radicales libres pueden generar
inflamación).
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Acelera el metabolismo de la histamina, sustancia generada
por el cuerpo que participa en las reacciones alérgicas
y que genera espasmos bronquiales.
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Promueve la producción de prostaglandinas antiinflamatorias.
La
vitamina C como antídoto contra la infertilidad masculina
Múltiples
investigaciones han demostrado que la deficiencia de vitamina
C ocasiona diversos efectos deletéreos a los espermatozoides:
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Disminución en la cantidad de espermatozoides producidos.
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Baja movilidad de los espermatozoides.
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Aglutinación de los espermatozoides.
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Daños congénitos de los espermatozoides.
Todo lo cual incrementa los índices de infertilidad y el
riesgo de daño congénito del feto.
De
acuerdo con las investigaciones del Dr. Harris y sus colaboradores,
de la facultad de Obstetricia y Ginecología de la Escuela
Médica de la Universidad de Texas, en Galveston, los tóxicos
medioambientales tienden a depositarse, a largo plazo, en los
tejidos de las glándulas seminales, encargadas de la producción
de los espermas, generando escasez de vitamina C en los espermatozoides,
pues el cuerpo utiliza dicha vitamina para neutralizar los tóxicos.
En un estudio con 40 hombres infecundos, realizado por este equipo
de investigadores, dosis diarias de 200 mg. o de 1000 mg. de vitamina
C, resolvieron el problema.
La dosis mayor actuaba más pronto.
En la Universidad de California en Berkeley, el Dr. Bruce Ames
observó en un grupo de 24 muestras de esperma, deficiencia
de vitamina C en 15 y daño genético en 8 de esos
15.
Pero lo interesante fue que la mayoría de esos 8 pacientes
pudieron protegerse del daño genético (que implica
el riesgo de dar paso a defectos congénitos en el feto)
a través del consumo de 1 naranja al día (equivalente
a unos 70 mg. de vitamina C).
Este
investigador observó que el daño genético
a los espermatozoides comenzaba cuando el consumo diario de vitamina
C proveniente de los alimentos caía ligeramente por debajo
de 60 mg. al día.
La dosis necesaria de vitamina C necesaria para proteger a los
espermatozoides puede variar enormemente según el grado
de toxemia y de estrés al cual esté expuesto un
individuo. Un fumador, por ejemplo, puede necesitar el triple
que una persona no fumadora.
Otros estudios sobre sus propiedades curativas
Un
vasodilatador natural
Un
estudio realizado en la Escuela de Medicina de la Universidad
de Boston, propone que el consumo de la vitamina C puede incrementar
la producción corporal de nitroglicerina, una poderosa
sustancia capaz de relajar y dilatar los vasos sanguíneos.
La nitroglicerina se utiliza en la cardiología moderna.
Un
antiviral natural
En
la Universidad de Florida se llevó a cabo un estudio con
voluntarios que fueron infectados con el virus de la rubéola
inoculado por la nariz. El 50% de estos voluntarios eliminó
totalmente de su dieta el consumo de cítricos y de complementos,
y el otro 50% consumió 1 litro de jugo de naranja al día
(equivalente aproximadamente a 300 mg. de vitamina C).
La diferencia entre ambos grupos fue notoria: aquellos que consumieron
el jugo de naranja presentaron menos síntomas en el sistema
respiratorio y produjeron más rápidamente los anticuerpos
contra el virus. El equipo de científicos que realizó
el estudio atribuyó este efecto al aporte de vitamina C
y de compuestos antivirales desconocidos (Carper, 1994).
Cáncer
de estómago
En
los Estados Unidos el número de muertes producidas por
el cáncer de estómago es actualmente menor que a
comienzos del siglo pasado. Los científicos atribuyen esta
diferencia al incremento con el consumo de frutas gracias a la
posibilidad de disponer de frutas todo el año gracias a
la refrigeración. Es muy probable que la vitamina C sea
la responsable de este efecto protector. Sabido es que dicha vitamina
neutraliza las nitrosaminas, un tipo de carcinógenos muy
potentes que se asocian con el cáncer de estómago
y que provienen sobretodo de las carnes frías.
Cáncer
del seno
En
un metaanálisis, que consistió en la revisión
de 12 importantes estudios sobre dieta y cáncer de seno,
realizado por el Instituto Nacional del Cáncer de Canadá,
el consumo de alimentos ricos en vitamina C ocupó el primer
lugar en la protección contra el cáncer de seno.
La vitamina C demostró ser tan importante que ¡resultaba
peor consumir poca vitamina C que comer mucha grasa!.
Pero si a un alto consumo de alimentos ricos en vitamina C se
aunaba un bajo consumo de grasa saturada (lácteos y carne)
la protección resultaba aún mayor:
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Un consumo diario de 380 mg. de vitamina C podía reducir
hasta un 16% el riesgo de sufrir cáncer de seno.
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La disminución del consumo de grasa saturada (restringirla
al aporte de 9% del total de la dieta) disminuye un 10% el
riesgo de sufrir cáncer de seno.
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¡Pero si se combinan ambos factores el riesgo cae en
un 24%!.
Un estudio italiano confirmó estos datos al observar
que el consumo de verduras verdes ricas en vitamina C, betacaroteno
y otros carotenoides protegía fuertemente contra el
cáncer de seno: el riesgo era un 30% menor en las mujeres
que consumían ese tipo de verduras todos los días
en comparación con quienes las consumían en
menos cantidades.
Dosis
Los
autores actuales recomiendan el consumo regular de 750 a 1000
mg. (3 o 4 caps.) al día de vitamina C en forma de complementos,
de manera preventiva. Dosis muy altas son necesarias según
los tipos de padecimientos.
Efectos
Secundarios
Mucho
se ha discutido al respecto, pero no existe evidencia sólida
de que el consumo de complementos de vitamina C genere efectos
secundarios lesivos.
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